Edificios eficientes, ciudades eficientes
Los edificios eficientes están ayudando a mitigar algunos de los desafíos a los que se enfrenta la urbe, tales como la contaminación o los problemas de salud pública. Y es que la edificación, más cuando es sostenible, implica a todos los sectores de la ciudad en su conjunto. En el post de hoy de Espacio Sto abordamos cuáles son sus beneficios, las soluciones a aportar y sus barreras actuales. ¡Sigue leyendo!
- En primer lugar, repercuten en un ahorro económico público. Si se invierte en construcciones eficientes, el consumo de energía y recursos se reducirá notablemente, lo que se traducirá en un gasto menos en la ciudad que los habitantes ya no tendrán que pegar.
- En segundo lugar, suponen una evidente contribución a reducir el cambio climático. Las ciudades no paran de crecer y, con ellas, las emisiones de CO2. Con esta alternativa se revertiría esta tendencia.
- Y, en tercer lugar, se reducirían los costes de infraestructura futuros y de salud. Estos materiales tienen un claro componente de calidad, asegurando tanto la durabilidad de la edificación como la contaminación interior.
Pero… ¿cuál es la solución? ¿construir con eficiencia? La respuesta es sí… pero hay más. Está la opción de la rehabilitación. Con diversas medidas que se pueden llevar a cabo.
- Mejorar la envolvente térmica.
- Mejorar o implantar distintas soluciones de aislamiento de los edificios.
- Integrar energías renovables para la producción de electricidad, calefacción y agua caliente.
- Sustituir carpinterías y vidrios.
- Elegir productos ecológicos.
- Apostar por la vegetación en fachadas.
- Y, por supuesto, modificar los hábitos de los usuarios.
Sin embargo, esta mejora de eficiencia energética en edificación todavía presenta numerosas barreras: económicas (principalmente de inversión), legislativas (falta de coordinación entre todos los organismos implicados), empresariales (se trata de una actividad multidisciplinar que requiere de modelos empresariales específicos) y sociales (falta de concienciación).
Precisamente en esta última es en la que más debemos incidir. La ciudad del futuro, la ciudad eficiente, no solo deberá ser tecnología, también “verde”.