Mantenimiento de un edificio antiguo, una prioridad de las comunidades de vecinos comprometidas
Una de las principales obligaciones de toda comunidad de vecinos es el cuidado de las zonas comunes. Una premisa especialmente importante en el caso de las construcciones antiguas. Y es que, debido a su obsolescencia por el paso de los años, precisarán de unas determinadas operaciones de mantenimiento de edificios para estar siempre a punto, salvaguardar la seguridad de los inquilinos y cumplir con lo requerido en la Inspección Técnica de Edificios, obligatoria para edificaciones de más de cuatro o cinco décadas de vida.
Razones para llevar a cabo el mantenimiento de un edificio antiguo
El mantenimiento integral de un edificio antiguo afecta directamente a su estética, salubridad, seguridad, funcionalidad y control de presupuestos. De este modo, las principales razones para su cuidado son:
- Transmitir una imagen limpia y cuidada del edificio a través de la fachada del bloque de viviendas.
- Impedir la proliferación de bacterias y microorganismos que puedan infectar la calidad del aire interior, la estructura o los sistemas de refrigeración y calefacción.
- Preservar la seguridad de las instalaciones y la comodidad de todos los usuarios.
- Aumentar el valor del inmueble.
- Obtener el mejor rendimiento, abaratando consumos y otros costes.
- Evitar posibles averías y gastos inesperados o difícilmente asumibles por la comunidad.
¿Qué elementos de construcción se deben revisar?
Los elementos estructurales a tener en cuenta durante las operaciones de mantenimiento de un edificio antiguo son la estructura principal, la fachada, la cubierta y las instalaciones de abastecimiento y distribución de agua, de saneamiento y evacuación.
Estar al tanto de posibles señales de alerta y saber ponerles solución a tiempo serán las principales claves para evitar problemas mayores y presumir de un edificio comunitario saludable, eficiente y “en buena forma”. A continuación, los expertos de Sto exponen los daños más habituales:
- Grietas o fisuras en fachada e interior.
- Daños en los acabados y albañilería.
- Agrietamiento o rotura de aplacados.
- Aplacados con falta de adherencia.
- Desconchados de pintura.
A parte de estos, están los daños concretos en la propia estructura del edificio, siendo estos los que mayor gravedad sustentan, puesto que afectan directamente a la seguridad de la construcción. En este grupo quedan englobados los excesos de carga en muros, forjados, viguetas, tabiques, etc., dando lugar a la deformación de dichos elementos.
Edificios eficientes, obligado objetivo en la renovación del parque inmobiliario
Los costes de energía en continuo ascenso, los recursos menguantes y la preocupación por el clima global están poniendo a la eficiencia energética en el centro de preocupación de los edificios de viviendas a la hora de emprender cualquier rehabilitación.
Por ello, actualmente, hay otros muchos elementos que se están teniendo en cuenta a la hora de emprender acciones de mantenimiento de un edificio antiguo: mejora de la envolvente térmica, sistemas de aislamiento térmico, instalación de cerramientos de altas calidades, instalación de sistemas eficientes de calefacción, refrigeración, producción de agua caliente sanitaria o ventilación para el acondicionamiento térmico, establecimiento de equipos de generación o que permitan la utilización de energías renovables (fotovoltaica, biomasa…), la aplicación de mejoras que protejan del ruido, la instalación de sistemas que contribuyan a reducir la contaminación interior del inmueble, la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación, etc.
En concreto, el aislamiento térmico como solución constructiva está tomando cada vez mayor protagonismo. Y es que, económicamente, este elemento puede llegar a suponer un ahorro de hasta un 60% en costes energéticos y, desde un punto de vista sostenible, un buen sistema de aislamiento puede conllevar un ahorro de energía anual de 16 millones de toneladas menos de gas de combustión. En un plazo de más de 60 años, esta solución supondría una reducción de emisiones de más de 110 millones de toneladas de CO2 y 35 mil millones de litros de gasóleo de calefacción. Por ejemplo, los sistemas de aislamiento térmico de Sto instalados hasta la fecha desde el origen de la compañía han ahorrado 69 mil millones de litros de combustible en calefacción.