La protección contra incendios en la construcción, clave en la planificación de un edificio
Sin duda, este verano será recordado por sus notables anomalías térmicas. El intenso calor que todavía no se está dejando notar en la península como anteriores años se ha desplazado a los países del norte, superando estas ubicaciones sus temperaturas habituales. Máximas de 34 grados en Suecia están dejando tras de sí una oleada de incendios que han obligado al gobierno sueco a solicitar ayuda internacional. Un panorama que, por desgracia, hemos tenido que vivir en España durante los pasados veranos. Ante este escenario, hemos querido aprovechar nuestra entrada semanal en el blog Espacio Sto para abordar la importancia de los sistemas de protección contra incendios en la edificación.
¿Qué sistemas de protección hay?
Esta protección debe comenzar en la fase de proyección de la edificación de manera que se cumpla con lo establecido en la normativa existente. Pero lo cierto es que, si se quiere disponer de una mayor seguridad, lo correcto será no limitarse exclusivamente a cumplir con la legislación y coordinar correctamente las medidas pasivas y activas entre sí y con el conjunto del edificio para que este responda de la mejor manera posible en caso de incendio, así como velar por el mantenimiento de estas instalaciones.
La protección pasiva, con el objetivo principal de evitar o ralentizar que el incendio se propague de un espacio a otro, abarca:
- Protección de la estructura y elementos de la edificación a través de la aplicación de productos que mejoren la resistencia térmica ante la acción del fuego. Entre estos, se encuentran las pinturas intumescentes o algunos recubrimientos resistentes como las lanas minerales o la proyección de morteros de cementos, cal de perlita o vermiculita, las placas de yeso…
- Sellado de huecos y pasos de instalaciones.
- Aplicación de compuertas cortafuegos.
- Establecimiento de puertas resistentes al fuego.
- Correcta señalización de las vías de evacuación.
- Instalación de mecanismos de ventilación forzada y natural.
La protección activa, por su parte, se constituye por:
- Sistemas de detección temprana. Entre sus funciones destaca la comunicación con los detectores, pulsadores y otros dispositivos de la instalación, transmisión de señales de alarma y activación de los dispositivos de alarma, control de la instalación y aviso de cortocircuitos, cortes en la línea, fallos de alimentación…
- Sistemas de detección de humos, temperatura o llamas, pulsadores manuales de alarma, etc.
- Sistemas de extinción manuales como extintores, bocas de incendio equipadas, hidrantes o columnas secas.
- Sistemas de extinción automáticos, tales como agua nebulizada, rociadores, gas CO2…
¿Cuál es la normativa española en cuanto a protección de incendios?
Tanto el Código Técnico de la Edificación, CTE-DBSI, como el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios -RIPCI-, señalan en su articulado qué equipos instalar (CTE), cómo hacerlo y cómo mantenerlos (RIPCI). Ahora, con las últimas modificaciones, se aborda la protección contra incendios desde dos ópticas diferentes, la prevención y la extinción, y se incide especialmente en el establecimiento de ciclos de vida útil de algunos de los equipos antiincendios, de manera que su obsolescencia no los haga inoperativos.
De este modo, se instaura un sistema de inspecciones periódicas cada 10 años por parte de una entidad independiente, en este caso un Organismo de Control Acreditado (OCA), que deberá ser contratada al efecto por el titular de la instalación. No obstante, algunas instalaciones como las viviendas, los locales destinados a aparcamiento de superficie inferior a 500 metros cuadrados, los locales comerciales también de superficie inferior a 500 metros o las oficinas de superficie inferior a 2.000 metros se excluyen de esta obligación.
¿Y qué pasa con los edificios antiguos?
Según estiman los expertos, el 80% de los edificios españoles carece de las medidas necesarias para la protección contra incendios que especifica el Código Técnico de la Edificación (CTE). Por ello, el nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios establece un periodo para que las instalaciones ya construidas se pongan al día sobre dicha obligación, por lo que titulares y administradores de fincas deberán estar atentos a cumplir con la obligación dentro de los plazos legalmente previstos.