Integración inteligente de producción y espectáculo gracias a Álvaro Siza
Ahora que se acercan las vacaciones, es posible que muchos de vosotros incluyáis el turismo enológico en vuestra agenda de “quehaceres”. Para que vayáis haciendo boca, os traemos uno de nuestros Case Study: la bodega Quinta do Portal, proyecto en el que tuvimos el placer de participar con nuestra solución acústica Sto StoSilent Distance. ¿Queréis conocer un poco esta joya de Álvaro Siza? ¡Seguid leyendo!
Combinación de arquitectura y paisaje en un edificio con carácter
La bodega Quinta do Portal, productora de vinos del Duero y vinos de Oporto, pidió al aclamado arquitecto portugués que plantease un proyecto que lograse que sus instalaciones se convirtieran en un punto de referencia dentro de las rutas del turismo enológico.
Y vaya si lo consiguió. Eso sí, sin dejar de lado su retórica: grandes ventanales para conectarse con el contexto paisajístico, tragaluces para filtrar la luz natural, escaleras que segmentan y matizan un espacio interior casi diáfano y detalles mínimos que se alejan de lo cotidiano y que aportan un aire de sencillez que incita a no salir nuca de la burbuja que aporta el hecho de estar a kilómetros de la civilización urbana.
Con el objetivo de integrar el edificio en su horizonte natural y expresar la vocación de un estilo arquitectónico articulado como forma de ver, hablar y discurrir, se creó una construcción con carácter, a partir de formas y estructuras recurrentes dispuestas a diferentes escalas.
¿El resultado? Una obra maestra compuesta por dos pisos de almacén, uno de ellos enterrado, con un túnel de conexión a las áreas de producción existentes. Junto a este espacio, está la otra sección del edificio, compuesta por tres pisos y destinada a la bodega, al depósito, a los vestuarios y a una sala de degustación que funciona como espacio de recepción de visitantes. En la cubierta, el edificio dispone de un auditorio rodeado de una inmensa terraza. Casi la totalidad de estos espacios presentan hormigón en sus paredes.
Uno de los aspectos más llamativos es la diversidad de materiales y texturas que componen la fachada exterior, siendo lo más destacado la utilización de un muro de esquisto y las placas de aglomerado de corcho expandido aplicadas en una parte destacada del edificio.
En definitiva, una integración inteligente de producción y el espectáculo, de arquitectura y paisaje.