Las vacaciones de Semana Santa son el momento perfecto para relajarse y escapar de la rutina diaria. Cuatro días libres en los que, según los últimos datos de la DGT, hay previstos 15,5 millones de desplazamientos, un 2% más que el año pasado.
Independientemente del destino que elijan los españoles, los emplazamientos wellness, tales como spas, salas termales o balnearios, cada vez están tomando mayor protagonismo a la hora de hacer planes para estas “mini vacaciones”. Reflejo de ello es el notable repunte del denominado “turismo de salud”, que en los últimos años presume de un ritmo de crecimiento equivalente a más del 20% anual.
Relajación, inspiración y bienestar físico y psicológico son los tres imprescindibles que deben cumplir estos espacios. Para conseguirlo, será preciso compatibilizar un eficiente diseño funcional que evoque la máxima armonía, con materiales y soluciones avanzadas. ¿Qué se esconde el diseño de un spa? Los expertos de Sto, multinacional alemana especializada en fabricación de soluciones constructivas, lo explican:
- Acústica: controlar los tiempos de reverberación. En este tipo de espacios, crear un auténtico “oasis de calma” será fundamental, minimizando los ruidos que puedan distraer. Para ello, controlar los tiempos de reverberación, parámetro directamente relacionado con el confort acústico percibido en una sala, será la clave. ¿La solución? Sistemas acústicos sin costura que se integren discretamente en el diseño o que lo complementen.
- Distribución de espacios: separar las zonas de ruido y de silencio. Aquellas áreas en las que no deba de haber un estricto silencio (duchas, vestuarios, grandes piscinas…) deberán quedar totalmente aisladas. Una persona situada en el área de relajación no puede escuchar nada que no sea música ambiental. Por supuesto, ocurrirá lo mismo con el área húmeda, que no debería ser inferior al 35% del espacio total, y el área seca. Estas dos, por una cuestión de higiene, también deberán separarse.
- Diseño: colores que atraigan los 5 sentidos. Si hay algo que caracteriza a los spas es la libertad de diseño de formas y texturas, a fin de crear un ambiente atractivo e implementar una temática determinada. A este respecto, los colores utilizados son fundamentales para captar los cinco sentidos. El uso de la cromoterapia permitirá influir positivamente en el ánimo del visitante. Por ejemplo: el azul y el verde se recomiendan para los espacios de agua, ya que transmiten sensación de relajación y equilibrio; el amarillo y el naranja se suelen utilizar para zonas de recepción, debido a que evocan alegría y optimismo; colores neutros para las salas de meditación, puesto que favorecen la sensación de aislamiento y quietud; etc.
- Humedad del aire: revestimientos reguladores. El ambiente cálido combinado con altas dosis de humedad da lugar a que proliferen bacterias, moho y hongos. Esto puede desentrañar ciertos riesgos para la salud si no se toman las medidas necesarias. La respuesta estará en el uso de revestimientos reguladores de la humedad para paredes/techos que proporcionen una protección óptima sin necesidad de utilizar productos químicos. Un ejemplo son las pinturas de silicato, altamente permeables al vapor de agua y muy útiles para inhibir el moho y las bacterias.
- Materiales e iluminación: superficies cálidas y luz tenue. Las superficies en este tipo de espacios deben invitar a tocar, a fin de desarrollar lo máximo posible el sentido del tacto. Por este motivo, suelen ser superficies cálidas, como piedra natural o madera, materiales que transmiten vitalidad y placidez. En cuanto a la luz, vital para conseguir un pleno estado de relajación, se aconseja utilizar iluminación graduable en intensidad y, por supuesto, apostar por el uso de velas. Una luz demasiado fuerte produce sensaciones negativas y excitantes, mientras que un carrusel de luces cálidas reposa los sentidos, estimula la sensación de bienestar y evoca recuerdos y pensamientos positivos.