¿Cómo apostar por la rehabilitación de una vivienda en el pueblo de forma sostenible?
El auge del teletrabajo está incrementando el interés por disponer de un inmueble en municipios rurales bien comunicados o cercanos a grandes urbes. Este tipo de construcciones, sin embargo, por su antigüedad, suelen presentar grandes deficiencias en cuanto a confort, habitabilidad, accesibilidad, consumo de energía o seguridad estructural, lo que llevará a la mayoría de estos nuevos inquilinos a emprender diferentes acciones de rehabilitación de vivienda que permitan adaptarse a los requerimientos y necesidades actuales.
En este sentido, la opción sostenible es la mejor elección, tanto por las múltiples facilidades y ayudas económicas que ofrecen actualmente las administraciones públicas, como por las ventajas de este tipo de rehabilitación de vivienda: menor demanda energética y consumo de residuos, mayor durabilidad frente a los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo -grietas, humedades, fugas de calor, desconchamiento de pintura, posibles plagas, etc.-, revalorización del inmueble, y más confort y salubridad, gracias a que garantiza una mejor la calidad del aire interior o una temperatura ambiente acogedora durante todo el año .
Para contribuir al fomento de este tipo de rehabilitaciones, desde Sto, os explicamos algunos de los los aspectos fundamentales a tener en cuenta durante el proceso.
El aislamiento térmico, principal elemento en la rehabilitación de una vivienda
Contar con un buen aislamiento térmico puede llegar a suponer un ahorro en costes energéticos de hasta el 60% y, desde un punto de vista sostenible, puede conllevar un ahorro de energía anual de 16 millones de toneladas de gas de combustión. Esto contribuye, además, al aislamiento acústico de las estancias. En este sentido, lo mejor es utilizar materiales aislantes sostenibles: lana mineral, fibra de madera, espuma rígida mineral, …
Sustitución de las ventanas por otras más eficientes
El doble vidrio con una cámara de aire de al menos 10 mm es lo mejor para un mayor aislamiento térmico y acústico. Asimismo, es preferible que sean de hoja batiente u oscilobatiente, ya que las correderas no son tan herméticas, y que estén fabricadas de madera, aluminio o PVC.
También será importante, en este caso, asegurar el aislamiento de los marcos, para evitar pérdidas de calor.
Apostar por el uso de pinturas naturales no tóxicas
La pintura plástica impide la transpiración de las paredes y emite al aire sustancias nocivas, como el formaldehído, un gas tóxico perjudicial para la salud. Por ello, en los últimos años se han desarrollado otras opciones de carácter sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Por ejemplo:
- Pintura de cal: impermeable y con capacidad fungicida y antiséptica, impidiendo la formación de algas y hongos.
- Pintura de silicato: de gran durabilidad y resistencia a los rayos UV, y también con propiedades antibacterianas, desinfectantes y fungicidas.
- Pintura de arcilla: natural, fácil de aplicar e indicada especialmente para interiores por su poca resistencia al agua.
- Pintura vegetal: obtenida del procesamiento de materia de origen orgánico y mineral, como hojas, corteza de árbol, aceites…, y también indicadas para interior.
Tener en cuenta las ventajas del acondicionamiento acústico
Teniendo en cuenta que la calidad acústica es un aspecto decisivo para el confort de los usuarios, las intervenciones en ese sentido son, ahora mismo, una gran apuesta. Aunque la aplicación de sistemas de acondicionamiento acústico es más común en recintos dedicados a la música o a la palabra (teatros, salas de concierto, discotecas, restaurantes, aulas o salas de cine), los meses de COVID-19, en los que ha habido más personas de lo habitual en la vivienda durante más tiempo y, además, con videollamadas constantes, han incrementado el interés por este tipo de soluciones en el contexto residencial. Gracias a ellas, es posible absorber el sonido y regular los tiempos de reverberación, eliminando ruidos molestos.
Revisión de las instalaciones eléctricas
Inicialmente, las instalaciones eléctricas fueron proyectadas para niveles de consumo inferiores al actual y sus condiciones de seguridad son, en muchas ocasiones, precarias y peligrosas para los usuarios. Por ello, es importante comprobar si la instalación eléctrica está preparada para la demanda de potencia que se va a precisar, revisar si dispone de toma a tierra para todos los enchufes y de si hay cableados o canalizaciones en mal estado, y, en caso de ser necesario, plantearse un cambio de la instalación eléctrica.
Habrá que aprovechar la rehabilitación de la vivienda, además, para la sustitución de bombillas incandescentes y lámparas halógenas por luces LED, y optar por el uso de electrodomésticos con etiqueta energética de bajo consumo.
Actualización de las conducciones de fontanería e instalación de soluciones de ahorro de agua
En este sentido, es importante sustituir las antiguas tuberías de plomo y cobre por otras de acero inoxidable, cerámica o, en última instancia, de polietileno o polipropileno. En cuanto a los sistemas de ahorro de agua, habría que plantearse la instalación de grifos con filtros de ahorro, de un descalcificador a la entrada de la instalación para prolongar la vida útil de los electrodomésticos o de sanitarios con cisternas de descarga controlada.
Cambiar o mejorar el sistema de calefacción y agua caliente
Lo más común es apostar por la instalación de una caldera de baja emisión de NOx (con un índice de contaminación más bajo que el que exige la normativa europea), de condensación (aparte de recuperar el calor de los gases producidos en la combustión, regula el consumo energético en función de la demanda) o de biomasa (entre ellas, la de pellets, hechos a base de residuos vegetales comprimidos que, al quemarse, no contaminan el medio).
No obstante, si se quiere hacer una reforma todavía más sostenible, lo ideal es rechazar las calderas que consumen electricidad o las que queman combustibles fósiles y apostar por las energías renovables, como, por ejemplo, instalar un termosifón solar para el agua caliente y placas fotovoltaicas para generar calor.
Y si se quiere apostar por la nueva construcción… la madera, la mejor opción
Si en lugar de apostar por la rehabilitación de una vivienda lo que se quiere es un diseño es 100% personalizable y empezar una construcción desde cero, la opción más económica son las viviendas de madera: ejecución rápida, ligera (peso medio de tan solo 400 Kg/m3, en comparación con el hormigón que tiene un peso aproximado de 2.500 Kg/m3 o el acero con 7.000 Kg/m3.), sostenible (la madera genera un balance positivo de CO2 en el inmueble), de menor coste y con soluciones que consiguen una apariencia y prestaciones similares, o incluso mejores, a las de construcción tradicional.
Algunas de las claves a tener en cuenta a la hora de apostar por este tipo de edificaciones es que tengan una orientación sur, que la obtención de la madera sea local o que cuenten con un aislamiento térmico adecuado.
Esto se debe a que las casas de madera no son capaces de acumular el calor del sol y, por tanto, el grosor del aislamiento térmico debe ser lo suficientemente capaz de regular la temperatura con un alto grado de efectividad.
En general, el espesor más recomendado es el de 15 cm, pero, realmente, este estará supeditado al tipo de clima donde se ubique el inmueble.