La casa del futuro permitirá calentar una estancia únicamente con el calor que emiten sus inquilinos gracias al estándar Passivhaus.
Casi el 90% de la energía que consumimos procede de combustibles fósiles, y un 40% de esta se usa para calentar edificios. ¿Qué ocurriría si nosotros mismos y las fuentes “pasivas” emisoras de calor que nos rodean (radiación solar directa, cocina, baño, velas, etc.) fuésemos capaces de calentar una estancia sin necesidad de encender la calefacción? La respuesta está en un menor consumo de energía y una reducción en las emisiones CO2, aparte de un máximo confort y un clima acogedor sin caídas de temperatura. Y todo gracias a la apuesta por el estándar Passivhaus.
En comparación con los métodos convencionales, permite la conservación de recursos, uso activo y pasivo de energías renovables, incremento del valor de las propiedades y una mayor conservación de edificios. Razón por la cual la Unión Europea ha establecido la obligatoriedad de que todos los edificios públicos alcancen la calificación de “consumo casi nulo” antes del 31 de diciembre de 2018 y que, a partir de 2020, todos los nuevos edificios se construyan bajo esta directiva.
A diferencia de los inmuebles de bajo consumo energético, este estándar evita pérdidas de calor gracias a una cubierta estanca, a un aislamiento óptimo, que previene la formación de puentes térmicos en puntos críticos como ventanas, y a una orientación que aprovecha la radiación solar.
Características de una Vivienda Passivhaus y sus ventajas:
- Demanda calorífica anual máxima de 15 kilovatios/hora por m². En una casa pasiva se puede renunciar al sistema convencional de calefacción con una carga máxima de 10 vatios por m². A lo largo de un año, esto implica una demanda de energía calorífica máxima de 15 kilovatios/hora por m² (aprox. ¼ del consumo de un edificio nuevo estándar).
- Una décima parte del gasto en calefacción. Los costes de calefacción para un piso de 120 m² ascienden, de media, a unos 1.500 euros al año. Una vivienda pasiva del mismo tamaño sólo necesita 150 euros. Por tanto, el gasto sería de una décima parte del consumo de una casa convencional.
- Cada habitante calienta 10m2 por sí mismo. Para calentar 10 m² en una casa pasiva, sólo hacen falta tres velas de té o una persona. O lo que es lo mismo, si una familia de cuatro miembros se encuentra en un salón de 40 m², ellos mismos calentarían la estancia, sin necesidad de calefacción.
- Clima acogedor durante todo el año. El estándar de la Passivhaus garantiza un uso óptimo del calor en invierno y una atmósfera fresca en verano. Dado su aislamiento especial, con elementos como ventanas de triple acristalamiento y marcos altamente aislantes, se evita la fuga de calor o frescor, según la estación en la que nos encontremos.
- Aire fresco integrado. Al contrario de lo que ocurre en las casas “normales”, donde sólo entra aire fresco ocasionalmente, en una casa pasiva está siempre “integrado”, ya que un sistema controlado de ventilación proporciona a las estancias aire fresco constante.
- Atmósfera interior sana. Este diseño constructivo proporciona una elevada calidad del aire libre de CO2, COVs, polvo, suciedad, ácaros o polen. Todo gracias a la continua renovación y filtrado del mismo por el recuperador de calor que forma parte su sistema de ventilación controlada.
Los próximos días 16, 17 y 18 de noviembre, tiene lugar el Sevilla la 9ª Conferencia Española Passivhaus. La Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), de la que formamos parte, tiene el objetivo de promover la construcción de edificios altamente eficientes. Alli, ofreceremos una demostración en directo de la colocación de su sistema de aislamiento térmico exterior SATE y pondremos a disposición de los asistentes una cabina acústica para comprobar el funcionamiento de StoSilent, sistema de absorción del sonido multifuncional para techos y paredes con amplia libertad de diseño, que confirió a Sto el Premio Alemán del Diseño en abril de este año.
2 comentarios